Con esa frase empleada por aquellos gobernantes que creen estar por encima de la ética y la moral dominante para conseguir sus objetivos y/o llevar a cabo sus planes, se podría definir perfectamente la decisión del ejecutivo socialista que gobierna Sant Joan de hacer un regalo de 500.000 euros –o lo que es lo mismo 83 millones de las antiguas pesetas-, a la empresa que finalmente se adjudique la construcción de la tan publicitada piscina en el Racó de Giner. El hecho de obsequiar a una determinada firma con esa elevada cantidad es ya de por sí cuestionable, dado que la explotación del complejo de la mencionada instalación corresponderá a la entidad privada que la gestione por un plazo de cuarenta años; es decir, que todos los beneficios derivados de su uso irán a parar a manos privadas sin que las arcas de nuestro ayuntamiento vean un solo euro. En un principio la construcción del complejo lúdico-deportivo del Racó de Giner estaba contemplado con la aportación de los terrenos por parte del ayuntamiento y era la iniciativa privada quien corría con los gastos de proyecto, ejecución, instalaciones, mantenimiento y funcionamiento; todo ello a cambio de su explotación durante cuarenta años. A la vista de los hechos, todo parece indicar que lo anteriormente mencionado no ha sido suficiente para la mercantil adjudicataria del proyecto, motivo por el cual la comprensiva administración municipal socialista aportará 500.000 euros adicionales para que todo se lleve a efecto. En una situación normal dicha circunstancia sería más o menos discutible, pero considerando la grave coyuntura económica por la que atravesamos y los nubarrones de crisis que se ciernen sobre nuestros hogares, resulta cuanto menos grosero ese alarde de generosidad desmedida para con el capital privado, que al anunciarse a bombo y platillo el mismo día que nuestro país entraba en recesión, insulta nuestra inteligencia como vecinos y se mofa de los impuestos que religiosamente pagamos todos los meses. Unas contribuciones que en lugar de encaminarse, por ejemplo a fomentar una política de empleo responsable para aliviar la situación de muchas familias santjoaneras, son utilizadas en campañas de auto-bombo como la del “Tenim Pla”, o en esa novedosa política socialista del agasajo pecuniario cuyos máximos exponentes son los 71.400 € regalados a la SGAE por una deficiente gestión, o los mencionados 500.000 € destinados ahora a mimar a la adjudicataria que construya la piscina; que de seguro planteará una nueva problemática a la hora de proceder a su llenado, pues dada la oposición frontal de los socialistas al trasvase del Ebro, y el estrepitoso fracaso de sus programas alternativos, exigirá plantear un programa de participación ciudadana que aporte ideas para tal fin. Bromas a parte, creo sinceramente que los vecinos no nos merecemos esta nueva tomadura de pelo que no cabe en ninguna cabeza que tenga un ápice de sentido común; del que no hace gala el gobierno municipal socialista que parece vivir inmerso en un universo paralelo ajeno a la realidad que nos rodea, sacrificando su propia credibilidad –para quién considerara que algún día la tuvierahasta el extremo de defender aquello que se muestra a todas luces injustificable con tal de lograrlo a toda costa, primando una vez más los intereses electoralistas frente a los generales, que por otro lado prometieron salvaguardar.
El fin justifica los medios
Con esa frase empleada por aquellos gobernantes que creen estar por encima de la ética y la moral dominante para conseguir sus objetivos y/o llevar a cabo sus planes.