
Roberto Mira
María del Mar Rodríguez Barco, (María del Mar, para los amigos) ha fallecido el cuatro de diciembre del pasado año a la edad de 56.
Sus afligidos: esposo Fernando Sánchez Espinos, su hija Paloma, su madre, Visitación, su hermano Eugenio, sobrina y demás familia rogaban una oración por su eterno descanso. El sepelio se celebró en el Monasterio de la Santa Faz. En dicha esquela se matizaba que era componente del grupo de teatro Sant Joan.
Intentando asimilar tan dura pérdida, a la mañana siguiente, una persona de este pueblo me “acompañaba en el sentimiento”.
Me emocionó aquel gesto. Era cierto, necesitaba que me acompañaran en el sentimiento por la pérdida de una amiga que me apoyó en los comienzos de mi trayectoria teatral.
Estaba y estoy consternado: Ya no podré contar con su figura en el escenario como la había compartido en “Yo lo habría habría hecho de blanco” , “Pobreza oculta”, “Yo, de princesa” y “La gota fría”.
MIRA-NOS TEATRO a través de mí, tenía prevista su nueva colaboración, como así se lo hice saber un mes antes de que falleciera. Era un proyecto digno de su saber hacer, un proyecto que no verá la luz, no podría ser sustituida por ninguna otra actriz que pueda colaborar conmigo. Este es mi pequeño homenaje a su recuerdo, y ella lo sabe, lo es público y notorio porque mi necesidad me vuelca a ello, pues no se es totalmente consciente de la importancia que tienen los seres que nos acompañan, hasta que los hemos perdido. Sólo me queda el consuelo de que mi recuerdo se alimentará del de ella cada vez que unas tablas, unos focos, un sonido y un público, acojan y apoyen mi nueva obra de teatro.
Como muy bien decía su personaje (Ana) en “Pobreza oculta”: “Dar amor a quien se ama es lo más bello que se puede hacer en este mundo” Así lo has demostrado María del Mar repartiendo tu comprensión, amistad y cariño a todos aquellos que tuvimos la suerte de poder contar con tu ´”humanidad”.