El Handboll Sant Joan se ha hecho un poco más internacional esta temporada. La llegada de los chilenos Cristian Moll y Benjamín Callejas, dos habituales en las convocatorias de la selección absoluta, ha hecho que el club dé un salto de calidad en su plantilla. Ambos participaron en el último Mundial de Balonmano disputado en Qatar y cuentan con una trayectoria internacional envidiable a pesar de su corta edad (23 años Cristian y 26 Benjamín). Los dos han asumido un rol importante dentro del club en el cual, además de jugar en el primer equipo, son los encargados de entrenar a las categorías Alevín, Infantil y Juvenil.

Cristian y Benjamín se iniciaron en el deporte practicando fútbol, "como hace todo niño en Chile", reconocen. Sin embargo, pasados unos años, a ambos le ofrecieron la posibilidad de probar en el balonmano, de la cual salieron "encantados". Cristian recuerda que empezó a practicarlo con 10 años pero fue con 14 cuando le cambió el chip definitivamente y decidió que quería dedicarse a ello. El jugador chileno comenzó a destacar y se convirtió en un fijo en las convocatorias de las categorías inferiores de la selección. Tal era su potencial que con 17 años dio el salto a Europa para jugar en los juveniles del Dominicos Zaragoza, cumpliendo de esta manera "un sueño que tenía desde pequeño". Tras pasar una temporada en la ciudad aragonesa y terminar su contrato con el club, volvió a Chile, donde combinó los estudios en Ingeniería Civil e Industrial con los entrenamientos con su club y la selección absoluta.
Cristian Moll: "Sueño con llegar a ser profesional del balonmano y poder dedicarme solo a ello en algún momento, algo para lo que trabajo día a día"
Después de disputar el Mundial de Bosnia y Herzegovina, regresó a España para encuadrarse en las filas del Moguer de Huelva, donde estuvo dos temporadas, antes de fichar por Antequera. Problemas económicos en este club hicieron que Cristian se quede sin equipo a final de temporada. Fue entonces cuando apareció la figura de Mino Borja, entrenador del Handboll Sant Joan, quien al conocer a su entrenador en Antequera decidió contactar con el jugador chileno para que fichase por el club santjoaner, algo a lo que Cristian accede "sin pensarlo dos veces". Cristian Moll juega de Central y se describe como "un jugador ordenado, penetrador, fintador y con buen lanzamiento exterior" aunque reconoce que en ocasiones "debe ser más agresivo". Ha participado ya en dos mundiales con la selección absoluta y espera estar convocado para el próximo, que se disputará en Francia en enero de 2017. A pesar de que los resultados no están siendo los esperados, Cristian espera "remontar el vuelo y que Sant Joan le sirva para dar un salto en su carrera profesional". El jugador chileno sueña con "llegar a ser profesional y poder vivir del balonmano en algún momento, algo para lo que trabajo día a día".
La historia de Benjamín es parecida a la de Cristian. Estuvo jugando a balonmano en el equipo de su colegio, uno de los mejores del país, desde los 7 hasta los 17 años, llegando a ser convocado con la selección en Cadetes. Terminado ese ciclo, cruzó el charco y fichó por el Petrer gracias a unos amigos chilenos que jugaban en este club. "Mis padres me pusieron la condición de que para viajar a España debía seguir estudiando", comenta Benjamín, quien describe como "fantástica" su experiencia en esta localidad alicantina. A pesar de disfrutar de un buen año, el jugador chileno no comenzó a estudiar y tuvo que volver al año siguiente a Chile, "ya que no había cumplido lo acordado" con sus padres.
Al regresar a su país natal, empezó a combinar los estudios de Educación Física, con los entrenamientos en su club y la selección, y el trabajo. Así estuvo durante cinco años, en los que tuvo la oportunidad de participar en varios campeonatos internacionales con la selección chilena. Una vez terminada la carrera universitaria, Benjamín comunicó a sus padres que "quería volver a salir para jugar a balonmano". Fue entonces cuando fichó por el San José Obrero de Lanzarote, club en el cual estuvo la temporada pasada. Al terminar su contrato con el club canario, los dirigentes de éste decidieron renovar por completo la plantilla y Benjamín se quedó sin equipo. La llegada a Sant Joan del jugador chileno no fue facil pero su compatriota Cristian y el entrenador Mino pusieron de su parte para que se rubricase el fichaje. Benjamín juega de extremo y se considera "un jugador ágil, rápido y con fuerza a pesar de mi baja estatura". Ambos admiten estar "muy cómodos en Sant Joan y contentos por cómo nos tratan" y ahora esperan "conseguir los resultados y objetivos marcados por el club a principio de temporada".