
Los alumno y alumnas que han actuado como informantes
Información y demostraciones en vivo pero de tú a tú, no de usted a vosotros. El IES Canastell quiso tratar con rigor y ausencia de toda barrera generacional la crudeza con la que ataca el Sida a la población humana repartida por los cinco continentes. La información sobre esta plaga humana se ha vuelto invisible o los canales por los que viaja no son los adecuados porque las estadísticas, después del bombardeo publicitario al que estamos sometidos diariamente, siguen siendo preocupantes. Cada ocho minutos, un humano, está siendo infectado por el virus del Sida sin que este haciendo nada por evitarlo. Los docentes responsables del ciclo formativo de Auxiliar de Enfermería del IES Canastell han querido que la información se transmita de manera efectiva y han pensado que una manera de conseguirlo es que la propia fuente pertenezca al grupo de receptores, previamente entrenados por personal experto y especializado del CIPS (Centro de Información y Prevención del Sida), lógicamente. Los informantes se han organizado en grupos, han elaborado material didáctico en forma de murales –escritos en ocho lenguas diferentes- y han recogido información en diferentes soportes que han distribuido en el patio en las horas de recreo entre sus propios compañeros el pasado 1 de diciembre, día internacional de la lucha contra el Sida. La información se ha seleccionado, según explica los propios alumnos y alumnas, en función de la edad del que la va a recibir. Además, a los estudiantes más mayores –desde tercero de la ESO en adelante- se les ha repartido preservativos e, incluso, los propios informadores han realizado demostraciones en directo a los escolares sobre como ponerlos correctamente… utilizando una verdura alargada a modo de pene, claro esta. Las reacciones de sus compañeros ha variado enormemente, según relata el alumnado de auxiliar de enfermería, “algunos tenían una actitud pasota, otros sabían cosas sobre el tema pero muchos desconocían muchas de las cosas que les explicabamos”, explicaba una joven. “Siempre nos creemos que sabemos lo suficiente pero después…”, comentaba otra de las informadoras en una mesa instalada en el patio del instituto. “Donde todos ponían una cara de circunstancias fue en el momento de escuchar la estadísticas sobre contagio”, completamente demoledoras, coincidieron todos y todas.